martes, 18 de noviembre de 2008

EL VIEJO DE LA MONTAÑA



Este cuento, aparece en la web oficial de Alberto Vázquez Figueroa. Os invito a visitarla, y a que estudieis los artículos que tiene acerca del agua.

EL VIEJO DE LA MONTAÑA

Quien fuera conocido con el sobrenombre de “Viejo de La Montaña”, se llamaba Hassan-i Sabbah, y hace poco más de novecientos años fundó una secta integrista ismaelí en Egipto,
Al verse acosado por sus enemigos construyó una fortaleza en la cima de una montaña al sur del Mar Caspio y desde allí sus seguidores consiguieron apoderarse de plazas fuertes en Palestina, Siria e Irán llegando a constituir un auténtico “Estado Ismaelita” e iniciando una gran labor de proselitismo en lo que solían llamar La Nueva Predicación. Aquellos que realizaban acciones armadas se denominaban a sí mismos fedayines; es decir, «los que están dispuestos a dar la vida por una causa».
Se convirtieron en un ejército de fanáticos especializados en el terror y el magnicidio a costa de autoinmolarse, hasta tal punto de intentaron asesinar al todopoderoso sultán Saladino durante su asedio a Jerusalén.
Sus crímenes políticos pretendían ser un ejemplo por lo que los realizaban a plena luz del día, cuando su objetivo se encontraba rodeado de mucha gente. Como el atacante solía ser capturado y ajusticiado hay quien asegura que los ismaelitas drogaban con hachís a los aspirantes a entrar en la secta con el fin de que despertaran en un fabuloso jardín plagado de hermosas danzarinas, manjares, piscinas y todo cuanto un ser humano pudiera soñar, lo que les obligaba a creer que habían accedido al paraíso.
Al cabo de unos días les devolvían a la realidad y les aseguraban que cuanto habían vivido era una pequeña muestra de lo que les esperaba en caso de morir por «la causa». Del término hashshashins o «consumidores de hachís» proviene la palabra «asesinos», que posteriormente se vulgarizó designando a cualquier homicida, pero que en su origen se refería concretamente a los seguidores del “Viejo de la Montaña”...

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